Hay personas que aparecen en nuestra vida como
traídos por un casual designio en el momento más
adecuado. Son un soplo de aire fresco que reconforta
mente y alma, que encaja en nuestros valores y que se
instala en nuestro corazón casi sin permiso.
Gracias a todas esas personas bonitas que nos dan
tanto sin esperar nada a cambio
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