La bendición invoca
la protección Divina,
para algo o alguien.
Por eso, Hoy te bendigo.
Mi bendición sale
desde mi corazón.
Hoy yo bendigo tu
nombre y tu presencia.
Bendigo tu vida y
la de los seres a los
que amas.
Bendigo la tierra
que pisas y el aire
que respiras.
Bendigo el alimento
que comes y la palabra
que sale de tu boca.
Bendigo cada sentimiento
y emoción y bendigo
el ser de luz que eres.